Las lágrimas que corren por su piel, como gotas de cristal que al tocar los labios se derriten, dejando su sabor a agua de mar; en el que te pierdes al cerrar tus ojos y regalarte a los sueños de cristal, claros y sin razón.
Lo vez a través de aquel cristal, el momento en que sus ojos se sembraron en ti; vez cuando sus manos tomaron las tuyas y se deslizaron hacia tu cintura.
El beso apasionado que nublo tu mente, dejándote sin pretexto para contenerte; no son sueños aquellos que vez a través del cristal, el sabor no es aquel del mar, es uno dulce y adicto, lleno de temor y pasión, no tiene sentido; aquello se envuelve en la traición y aun así te captura sin razón.
No son sueños sino recuerdos, que con el tiempo se convierten en deseos y habitan tu mente.
Recuerdos que pierden su dulce sabor y lo saboreas con el recuerdo del mar.
Cualquier Cosa Nos Inspira
Por: Lavinia
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