27 de enero de 2010

Cielo.



Amo los atardeceres, por más trillada que suene la frase, de verdad los amo.
Es justo el principio del fin del día, oscurece con matices rosaceos para despues convertirse en un rojo intenso que es casi como si el mismo cielo estuviera sangrando y después...en su purpúreo misterio entra la noche.
Son nostalgicos.
Es cuando te das cuenta que un día más está por terminar, que todo lo que haya pasado está siendo sellado por la noche y que nunca volverás a sentir o a hacer lo mismo que este día; es cuando la luz se intenta esconder para dejar jugar a la oscuridad unas horas pero es tan lenta que se encuentran en un mismo cielo el sol y la luna; a veces, unas cuantas estrellas se dejan ver pero por lo general prefieren mantenerse ocultas hasta que el sol cae rendido en los brazos de Morfeo.
Y después de todo qué sigue...el silencio con la esperanza de una noche larga y el mañana.

listen.
.vala.

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