31 de marzo de 2011

¿Un iPad 2? Al fin que ni lo quería...


Ahora resulta que no tenemos que viajar al Polo Norte para ver luces extrañas, simplemente tenemos que comprarnos uno de esos nuevos y bonitos iPads.


Si ustedes están (aunque sea ligeramente) interesados en el mundo de la tecnología y los gadgets brillantes, si son absurdamente ricos o si son MacHeads; entonces sin duda ya saben que el iPad 2 acaba de llegar a México.


Muchísima gente decidió hacer guardia desde varias horas antes de que las tiendas abrieran, para poder ser uno de los primeros compradores del nuevo bebé de Apple. Sin embargo, ahora que ya algunos afortunados lo tienen entre sus dedos, resulta que no todo es miel sobre hojuelas... o bueno, en este caso, miel sobre manzanas.


Usuarios del iPad 2 han reportado que existen problemas de "escape de luz" en su nuevo aparato.


Cuando la pantalla tiene que mostrar imágenes donde el fondo es negro, las orillas del iPad dejan escapar un poco de luz, dándole en la madre el efecto de perfección que suele acompañar a las cosas de Apple.


Obviamente, mucha gente está diciendo que los escapes de luz no son relevantes, que simplemente es tratar de buscarle defectos a las cosas, que son celos, que son pretextos para la gente que no puede gastar una millonada en un aparato, que tal vez ni siquiera existe tal problema; en fin, la gente dice muchas cosas.


El caso es que el escape de luz ahí está; si es un problema real o no... pues eso lo tendrán que decidir los usuarios.


Yo, muy en lo personal, no pienso que un par de luces casi imperceptibles en la orilla del iPad sean un problema que me impida comprarlo.


El verdadero problema (en mi muy humilde opinión, debo recalcar) es que el iPad es un iPhone para la gente que quiere que su teléfono sea demasiado grande para caber en su bolsillo y que además no pueda hacer llamadas.


Y sí, tal vez sea un poco imparcial debido a que soy pobre y no me alcanza para comprarme uno.


Envidia: moviendo al mundo desde tiempos inmemoriables.







Cualquier cosa nos inspira.


Incluso los celos.


Dexter Petrelli.

No hay comentarios:

Publicar un comentario